Quiero volver a tener ese habito de poder ir a ver el teatro que quiera donde sea necesario. Aunque la vida se proponga que haga un desvío, no quiero permitírmelo. Salvo épocas de exámenes, salvo esas excepciones, no quiero que perderme teatro que quiera ver. Que no pase que me digan ”¿Viste aquel montaje?” y tener que recordarme que no lo hice por alguna chorrada. No quiero perdonármelo. No quiero que la distancia sea un impedimento. No lo ha sido de más pequeño, no quiero que lo sea ahora.
Johnny Chico volvía a Valencia y mucha gente me había hablado tan bien. Primero de Victor Palmero, al parecer un actor televisivo que, ignorante de mí, desconocía. Si algo me quedo con montajes como este de Johnny Chico y de algunos otros como Una noche sin luna, o Iphigenia en Vallecas es el gran trabajo actoral.
Lo que hacen estos actores es un trabajo gigantesco. Te puede gustar más o menos la historia, empatizar más o menos el conflicto que se trata de la identidad de género… pero el trabajo que hace Victor solo demuestra su pasión por lo que hace.
Lo segundo del montaje, un monólogo cercano de los que intentan romper esa cuarta pared y acercar la historia lo máximo posible a los asistentes.
Más teatro de este 2022. 😍
Johnny Chico en la sala Russafa.
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